martes, 11 de marzo de 2014
Quizás piensas que has vivido demasiado, pero demasiado jamás es suficiente. Las personas se van, pero se quedan las heridas que nos dejan. Y uno avanza como intentando que todo sea como antes, respirando porque es la única manera de sentir que todavía queda espacio para algo. Caminamos, pero seguimos atados a las cosas que creemos olvidar, y sentimos miedo, mucho miedo. Miedo de que se hubieran llevado lo mejor de nosotros, de habernos quedado sólo con los pedazos, pero hasta los pedazos son mejor que nada.
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