martes, 30 de mayo de 2017

¿Cómo sucedió? ¿Cómo no me di cuenta? Ahora que lo escribo pudo verlo todo. Las señales estaban todas ahí, invadían el aire, tenía que empujarlas con las manos para poder atravesar el lugar. Moverlas para llelegar de la sala al cuarto y del cuarto a la cocina, y cuando a uno se le antojara regresar a cualquier espacio de este diminuto departamento, todo ya se había agolpado de nuevo, pero crecía más rápido y con mayor violencia. El aire era pesado. Cuando dormía, si era posible, podía sentir una opresión en el pecho. Es el calor, pesnaba yo. Es el trabajo. Es que han pasado muchos días sin que escriba nada que valga la pena y cuando eso me pasa comienzo a sentirme medio muerta por dentro.
Pero ahora que lo pienso, recuerdo perfectamente cómo sucedieron las cosas ayer. Fueron nuestras invisibilidades las que me llevaron a ese lugar para hablarte, las pequeñas muertes, la sucesión de pequeñas muertes, las cosas que no dijimos, las cosas que no supimos decir, los sentimientos que estaban ahí pero no supimos conjurar.
No fue una suma de cosas, fue el espacio entre esas cosas.
No fueron las cosas que perdimos, fue no saber que las estábamos perdiendo.

miércoles, 17 de mayo de 2017

No sé, quizás algún día cuando ya no te quiera, cuando deje de desear volver atrás, cuando la frustración no me busque, te diré que te quise cómo a nadie y para siempre. Aunque ese siempre si tuviese un final.